domingo, 10 de octubre de 2010

Un mate frío, una canción triste, una lagrimita....


10/10/10.
23.37 hs.

Hace mucho no cocino.

El último tiempo he conocido gente que cocina. Y me muestra lo que hace como novedad. Es gracioso, porque para mi es lo más común. Ya pasé esa etapa, no puedo compartir tu emoción. Ya la viví sola mucho antes.

Esa canción la escuchaba cuando vos estabas en la escuela. En ese preciso momento yo amamantaba a mis hijos. Y aprendía sola a cocinar lo que no tenía nombre y ahora todos denominan "vegano".

Conocí gente que creía conocer y supe cosas que no quería saber.

Como cuando uno se enamora de alguien y de repente se va dando cuenta que en realidad idealizó al otro. Y esa persona tan adorable se vuelve una pesadilla insoportable.

En este momento prima mi necesidad de escribir sobre mi voluntad de cocinar.

Será que perdí muchas cosas estos días.

Muchos partieron a otros lugares del mundo, y estoy empezando a caer en la cuenta que tal vez no los vuelva a ver.

Contemplé escurrirse algunas ilusiones como agua entre los dedos de las manos, llenándome de tristeza y dolor. Aquella persona que amaba mis panes, pero no a quien los hacía.

Miro como pasa la vida.

Cocinar es un acto de amor. Es un sacrificio por quien nos pide alimento para el cuerpo, calor para el corazón, dulzura para el alma. El fuego solo nos deja cenizas y el hambre, los platos vacíos. Debemos ser totalmente concientes de ello.

Voy a calentar el agua para el mate. También le voy a cambiar la yerba.

Es hora de resucitar........