martes, 2 de febrero de 2010

Sandìa

Las sandìas al igual que los melones, son muy ricas en vitamina A en forma de carotenos. El caroteno principal de èsta fruta es el licopeno es el responsable de otorgarle su color rojo.
El licopeno es un componente con propiedades medicinales muy beneficas, entre ellas, la prevenciòn de numerosos tipos de càncer y la disminuciòn del colesterol. Una vez ingerido, el organismo transforma el licopeno en vitamina A, uno de los mejores mejores antioxidantes.
En mucha menos proporciòn, otra vitamina muy importante que tiene la sandìa con propiedades antioxidantes, es la vitamina C que, entre otras virtudes ayuda a la formaciòn de colàgeno por lo que resulta ideal para la cicatrizaciòn de heridas, cortes y quemaduras. Resulta adecuada para la formaciòn de nuevos tejidos.
La sandìa tambièn posee elevadas cantidades de vitaminas del grupo B. Entre todas, cabe destacar la piridoxina (vitamina B6), cuya funciòn es la de aprovechar los hidratos de carbono, grasas y proteìnas. La falta de esta vitamina puede producir nerviosismo, problemas de sueño, dificultad en el aprendizaje o debilidad muscular.
Contiene, ademàs vitamina B3(niacina) sin cuya presencia las cèlulas del organismo serìan incapaces de producir energìa. Esta vitamina ayuda a mantener los niveles bajos de colesterol, reduce la hipertensiòn, protege el aparato digestivo y nos permite tener la piel en buen estado.
Aprovechar la riqueza vitamìnica de la sandìa es buena manera de disponer de estas vitaminas de una forma natural, sin tener que recurrir a complementos vitamìnicos.
Por su contenido en agua, calma la sed y evita la deshidrataciòn
La sandìa es rica en minerales, especialmente en manganeso, necesaria para la formaciòn de los huesos, para, para el sistema nervioso y para aprovechar las proteìnas. Contiene bastante potasio que contrarresta al sodio y aumenta la micciòn por lo que permite eliminar agua sobrante del organismo.

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