Domingo.
Feliz gracias a la atención de una persona encantadora que cedió su cocina para mis fines culinarios.
Como no conocía sus gustos y no estaba muy segura si lo que tenia pensado seria de su agrado, bajé del colectivo en medio de una lluvia torrencial en pleno barrio chino.
Supuse que era el lugar propicio para encontrar algo abierto donde conseguir una verdura para complementar el pan que tenia pensado hacer, ya que esta colectividad tiene fama de trabajar de manera incansable aun domingos, feriados y anexos.
Sorpresa!!!!!!
Regalerìa-regalerìa-masaje-kiosco-restaurante-regalerìa-restaurante-restaurante-regalerìa-regalerìa-regalerìa-restaurante......y supermercado.....ehhhhhhhhh.........no hay???????
Que para-joda diría mi amigo Manolo....La ciudad plagada de supermercados chinos, salvo en su propio barrio....Asì que me tome el tren para seguir viaje y me entregue al destino.
Afortunadamente, cuando llegue, había un Disco abierto por la zona.
Y todos comimos felices...no perdices, tarta caprese y verduras asadas...mmmmm....
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